El hada más hermosa ha sonreído al ver la lumbre de una estrella pálida, que en hilo suave, blanco y silencioso se enrosca al huso de su rubia hermana.
Y vuelve a sonreír porque en su rueca el hilo de los campos se enmaraña. Tras la tenue cortina de la alcoba está el jardín envuelto en luz dorada.
La cuna, casi en sombra. El niño duerme. Dos hadas laboriosas lo acompañan, hilando de los sueños los sutiles copos en ruecas de marfil y plata.
Mientras estaba en la tienda trabajando, he podido escuchar por el hilo musical, una melodía que inmediatamente he relacionado con una película.
La música de cine es lo que tiene, cuando la estamos contemplando, no prestamos demasiada atención y sin embargo cuando la escuchamos sin imágenes, enseguida nuestra cabeza, busca relacionarla con esa película.
Estas son algunas, de las que no tendría dificultad en reconocer.
De esta imagen y muy a pesar mío ya han pasado algunos años y tan solo permanece en mi memoria,como me gustaría que el tiempo no avanzase tan deprisa,pero el tiempo no se detiene y sigue su curso,en su afán por hacerse mayor y emprender el vuelo como una mariposa que sale de su capullo.
Esa peduga de pelo rizado y con esos ojitos,que parece que hablen,llego a nosotros como una bocanada de aire fresco,inundando nuestros corazones de alegría,donde un tiempo atrás, quiso la mala fortuna que la pena y la tristeza se instalara en nuestras vidas.
Ella es y seguirá siendo esa alegría,que hace más fácil la vida y por mucho que pase el tiempo,seguirá siendo,mi peduga.